La producción de frutales en Uruguay data de los primeros tiempos de la
colonia con la instalación de los primeros pobladores en Montevideo.
La tradición productiva que trajeron los inmigrantes europeos permitió
el desarrollo de un sector que es importante en la economía del
país. Su importancia se basa no solamente en el impacto económico, sino
también en su aporte al suministro de alimentos fundamentales para el
desarrollo de una soberanía alimentaria de la sociedad uruguaya.
A su vez, son de destacar las implicancias de la explotación frutícola
a nivel social, dado que este tipo de producción va de la mano de la instalación
de la familia en el medio rural. Este arraigo también implica la necesidad
del desarrollo en cercanía de numerosos servicios, resultando la
actividad que nos ocupa en una que tiene gran potencial como verdadero
generador y motor de crecimiento y desarrollo. Cabe agregar que los
tiempos biológicos de la producción frutícola exigen un esfuerzo continuo
en el tiempo y manejar una proyección a muchos años, requiriendo su
desarrollo, de un plan a mediano y largo plazo.
Si pensamos que la vida útil de un árbol frutal está en el entorno de
los 15 años para las especies más frecuentes pero que se extiende a los
40-50 años o incluso a los 80-100 para otras, es claro que el enfoque para
su instalación y explotación exige una visión de largo plazo y un fuerte
compromiso para lograr la sostenibilidad. La permanencia del árbol frutal
en su lugar permite encarar numerosas actividades del manejo de cultivo
con un enfoque conservacionista y regenerativo, siendo una característica
ideal para la aplicación de muchos de los principios de la producción
agroecológica.
La intención en este caso es hacer foco sobre tres opciones productivas
que tienen en común el que se las considere entre la más nóveles
para nuestro país. Estamos hablando de los olivos (Olea europaea), los
nogales pecán o americanos (Carya illinoinensis) y los frutos nativos con
foco en el Guayabo del país (Acca sellowiana). Tienen a su vez características
bien diferenciales por el tipo de producto, tipo de mercado, requerimientos
del cultivo, ciclo de vida, costos asociados.