La finalidad de la política de vivienda y hábitat debe ser facilitar el acceso
y la permanencia en la vivienda y en ciudades y barrios de calidad
para los distintos grupos socio-económicos y generacionales, facilitando
la movilidad y atendiendo a los ciclos de vida, movimientos espaciales y
cambios en la composición y niveles de ingreso de las familias, entre
otros factores. Reconocer la diversidad de situaciones a la vez que promover
integración social con equidad son pues aspectos fundamentales
de la política habitacional.

Con esta perspectiva fueron redactados en los primeros meses de
2019 dos breves documentos, que se reúnen aquí, como contribución
al debate y a la formulación de una nueva generación de políticas de
vivienda y hábitat.

El primero de los documentos presenta la situación en materia de
vivienda y hábitat a comienzos de 2019 repasando cuatro aspectos: el
stock de viviendas y su calidad; el acceso a la vivienda y la permanencia
en ella; el hábitat; la institucionalidad y los recursos de las políticas de
vivienda y hábitat.

El segundo documento esboza los principales lineamientos para
un nuevo impulso a las políticas de vivienda y hábitat, con base en la
experiencia realizada en la década precedente, con la orientación de
consolidar una visión urbano-habitacional del problema, con dos objetivos
generales: la construcción de hábitat urbano de calidad con equidad
e integración social superando la precariedad urbano-habitacional;
y la ampliación, con vocación de universalidad, del número de hogares
que pueden utilizar los distintos mecanismos para acceder a la vivienda
(en diferentes modalidades de tenencia segura), y a su adecuado mantenimiento
(garantizando el derecho a la vivienda digna a toda la población,
con una atención especial a los hogares de ingresos bajos y medios
bajos, las familias monoparentales, y los jóvenes). Se proponen y desarrollan
en el documento cuatro grandes políticas nacionales concurrentes
al logro de dichos objetivos.